Skip to main content

La Eficiencia Operativa o Eficiencia Operacional significa aprovechar al máximo cada recurso disponible para lograr el mejor resultado posible en cuanto a producción y costos, con los menores desperdicios posibles. Es la optimización de los procesos de producción o de servicio, de manera que impacte directamente en los resultados; porque la razón de ser de toda empresa es ofrecer a sus clientes los mejores productos y servicios al menor costo posible, por lo que la empresa debe buscar la eficiencia operativa en cada uno de sus procesos.

Por lo anterior, la eficiencia operativa debe ser un objetivo primordial en toda organización para ser sostenible en el mediano o largo plazo. Para lograrlo, los equipos humanos y los departamentos de la empresa deben ser cada vez más ágiles y eficientes, manteniendo siempre la vista en lo que es fundamental para el negocio y así evitar la dispersión de sus esfuerzos.

Es importante recalcar aquí que cumplir con las metas establecidas por la empresa no significa necesariamente que se esté siendo eficiente, por eso no hay que conformarse o sentirse satisfecho con el simple cumplimiento de las metas, hay que revisar permanentemente los procesos para asegurarse de que se detecten los puntos débiles que se pueden mejorar.

A manera de ejemplos, en el área de producción y operaciones, hay que mantener la vista en el proceso y monitorear constantemente su desempeño, en el manejo de los inventarios, en la gestión de los proveedores, en la eficiencia de las maquinarias, etc. En el área administrativa no hay que perder de vista la estructura funcional, la gestión de la información y de las comunicaciones -área donde es clave contar con herramientas que faciliten la colaboración y el control-, la calidad de los procesos, productos y servicios, los indicadores de gestión, la facturación y seguimiento de cuentas, etc.

Igualmente, en cada área de la empresa hay que mantener la atención sobre los puntos claves, sin importar que los objetivos pautados se hayan cumplido, es una tarea constante buscar cada mejora que se pueda realizar a las diferentes actividades, tener métricas e indicadores, controlar, hacer seguimiento, para mantener la eficiencia operativa.

Adicionalmente a los departamentos de la empresa, es fundamental mantenerse vigilante del entorno. Para que un producto o servicio sea y se mantenga competitivo, debe adaptarse a los cambios del entorno. Esto implica los aspectos económico, político y social como tradicionalmente se hace, junto con el análisis de la competencia; sin embargo, lo que ha venido cobrando cada vez mayor relevancia en este entorno – y ahora más que nunca- son la nuevas tecnologías.

Hoy en día, para sobrevivir, es imperante que las organizaciones se actualicen en cuanto a la implementación de herramientas y plataformas digitales. En este sentido, los proyectos de cambio, digitalización e innovación son cada vez más frecuentes en los diferentes sectores económicos, ya que son la respuesta a la necesidad de adaptarse a la nueva realidad digital.

La integración de la tecnología digital en todas las áreas de la empresa, incluyendo a clientes y proveedores, impacta directamente en su eficiencia operativa, ya que nos permite tener una visión clara y completa de los procesos, para poder prestar la debida atención a lo que resulta clave para el funcionamiento de la empresa y analizar en detalle las diferentes actividades, permitiendo detectar aquellas en las que se puede reducir desperdicios y mejorar el desempeño y los resultados, lo que significa mayor productividad.

La tecnología digital es entonces hoy en día una necesidad para lograr y mantener la eficiencia operativa en las empresas y organizaciones, nos permite estar permanentemente vigilante de los procesos, para encontrar los puntos a mejorar, y así aprovechar mejor cada uno de los recursos para lograr el mejor resultado para nuestros clientes, y por extensión, para nuestro negocio.